Dejas que la lluvia te acaricie con ternura el rostro. Una lluvia añorada en este invierno que ha parecido un verano errado. La tormenta ha llegado así, de repente, como si fuera una de las galernas de tu añorado Cantábrico.Una gorda nube negra ha salido de la nada y ha cogido a todo el mundo desprevenido. En el reproductor de MP3 suena, profética, la versión de Come rain or come shine de Sarah Vaughan. Sarah, Sassy, el vibrato más sensual del Jazz. Tienes que recorrer 12 manzanas y vas con una camiseta, al salir de casa estaba despejado. Nadie te va a librar de una mojadura histórica, aunque la verdad lo agradeces, no es muy normal en este norte Atlántico ver gente en la playa en Febrero. Te centras en ensoñaciones con Sarah para huir de una camiseta que ya parece un cenagal. Ella Fitzgerald es tu cantante favorita, Lady Day te emociona como nadie, pero de Sarah...de Sarah estás enamorado. Tienes en tu ordenador una carpeta preñada de fotos de ella. Y esta fotografía de fondo de escritorio :
Sueñas con que un día conoces a La Divina. Estamos en 1950, ella tiene 26 años, tú unos pocos más. Al acabar el concierto te acercas al camerino con una carretada de singles para que te los firme. Hay un guardia de seguridad gigantesco que te dice que por esa puerta no pasa nadie. Más admiradores quieren entrar, y la trifulca que se monta es de las que marcan época. Al oir el estruendo exterior la criatura más bella que ha pisado el planeta entreabre la puerta, con cara de susto. Tú abres tu maleta para que vea el cargamento de singles que has traído para que te los firme. Mágicamente, ella dice "deja pasar sólo a este". Tocas el cielo con las manos. Entras y ves a una Sassy agotada pero feliz. Descalza, lo que para tí añade más proximidad al encuentro. Al principio es el típico ritual de "yo te paso un disco y tú lo firmas", pero pronto le preguntas si es una pesadez atender a los fans. "si son como tú, no". Ya no tocas el cielo, vives en él. Pronto empieza una distendida conversación en la que ella te confiesa que lo duro no es soportar a los fans, lo verdaderamente duro es el viajar de ciudad en ciudad, que lo que le gusta es cuando puede hacer estancias de dos o tres semanas en un club, donde puede incluso acabar haciendo buenos amigos. Te dice que contigo se siente como con uno de esos amigos, como si te conociera de hace mucho tiempo. El cielo ya queda por debajo de tí. En esas entra el guardia de seguridad y te dice que es hora de marchar. Un frío polar recorre tu espalda hasta que Sarah contesta : "se quedará hasta que yo quiera". Y coloca comodamente sus pies descalzos sobre tus rodillas. Está claro que algo está pasando, y más claro aún cuando la conversación se hace totalmente libre y charlais sobre lo divino y lo humano. Sin que os deis cuenta, han dado las 7 de la mañana. Me dice "Horace, lo siento por mí y por tí, pero debo dormir si quiero estar en condiciones mañana en Kansas". Le digo que perfecto, que ya me ha dedicado demasiado tiempo. "Y me dice "El tiempo me lo he dedicado a mí, hacía años que no estaba tan a gusto con alguien". Y lo que iba a ser un beso en la mejilla se convierte en un dulcísimo beso en los labios. Ya no hay más que decir, coges tu maleta de singles firmados, os dais un gigantesco abrazo, y te vas. El guardia de seguridad no dice nada.
Suena Street of dreams y te das cuenta de que las 12 manzanas han quedado atrás, has llegado a destino. Apagas el reproductor y te preparas para enfrentarte a la burocracia. Tras la preceptiva cola, el primer funcionario que te atiende es tan altivo y desagradable que, despues de una noche pasada con Sassy, no tienes porque aguantarlo, así que te vueves a colocar los casquitos del MP3 y te das la vuelta con tu camiseta chorreante. ¡Ha salido el sol, la tormenta ha pasado! Buscas en el reproductor The man I love y te vas tan feliz pensando en la próxima noche en Kansas...
Este espacio pretende ser un lugar de encuentro para todos aquellos aficionados al Jazz que se sienten desplazados hoy en día y no pueden evitar hallarse cómodos, en su refugio, en el clasicismo, digamos en lo anterior a los '60, entre los orígenes y el Hard-Bop. Pero también estamos abiertos a músicos actuales, que sin ser revivalistas, sean respetuosos con la tradición.
Llueva o salga el sol
ResponderEliminarPor la calle de tus sueños
Siempre encontrarás a este hombre enamorado.
De Horace a Sassy.
Me has dejado sin palabras, Dinah. Espero que no te parezca mal : al lado de la foto de mi perfil aparece mi e-mail. Por si acaso...
ResponderEliminarAyer cuando yendo al trabajo me mojé hasta las entrañas no tenía a Sassy cerca para calentarme el ánimo, por eso me limite a lanzar un puño contra el cielo y soltarle al hacedor del tiempo: "A ver si te aclaras, macho"
ResponderEliminarRecunco ya que mi primer comentario se lo llevó la borrasca. Decía que ayer no tuve tanta suerte como tú ya que yendo al trabajo me mojé de arriba abajo y no me vino a consolar la cálida Sassy y eso que también llevaba mi MP3 y mis cascos. Me limité a lanzar un puño contra el cielo y gritarle al hacedor de tormentas: "A ver si te aclaras, neno"
ResponderEliminarPlass plass plass
ResponderEliminarUn abrazo
Estimado Mario, tengo un álbum de Sara Vaughan donde canta ese hermoso tema "come rain or come shine". Este tema interpretado por esa gran diva del jazz, mi cantante favorita, es una joya.
ResponderEliminarUn abrazo estimado Mario